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Qué es el Bosque para ti

El futuro de nuestros bosques está en las manos de nuestros hijos. Pero ¿cómo ven los niños europeos sus bosques? Para saberlo, la Comisión Europea ha convocado un concurso de pintura para escolares de 6 a 10 años con el tema «¿Qué es el bosque para mí?».

Se han presentado más de 9.000 dibujos, de 23 países. El ganador, Jakub Roszak (8 años) de Polonia, ha recibido el diploma y su premio en Bruselas el pasado 24 de mayo. Su dibujo y los 99 finalistas se pueden ver en la web de la Comisión Europea. A continuación se reproducen algunos para compartir su visión de los bosques, además de para darle colorido y frescura a nuestro blog.

Kay D., de Malta (8 años).

Kay D., de Malta (8 años).

«El bosque es el lugar donde me gustaría vivir»

Rusne M. de Lituania (7 años)

Rusne M. de Lituania (7 años).

«El bosque en invierno es como un cuento de hadas.»

Liliana N., de Rumanía (10 años)

Liliana N., de Rumanía (10 años).

La figura de Bambi, tan tierna y tan emblemática del bosque.

Arianna G. de Italia (9 años).

Arianna G. de Italia (9 años).

Te quiero, árbol.

El ganador, Jakub Roszak de Polonia (8 años)

El ganador, Jakub Roszak de Polonia (8 años).

Al sonriente Jakub le gusta jugar con los árboles invisibles.

Esta percepción colorista, ingenua y sentimental con el bosque durante la infancia forjará el vínculo necesario para que sigan existiendo bosques en el futuro.

Escrito por Teo, jueves 13 de junio.

Página de la Comisión Europea con los 100 dibujos infantiles.

Ecólogos en Navarra

La Ecología española goza de buena salud. Durante la semana del 8 al 10 de mayo nos hemos reunido más de 270 ecólogos en el congreso de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET) en Pamplona. La excelente organización a cargo de Bosco Imbert y su grupo de la Universidad Pública de Navarra han contribuido al éxito de las jornadas en un ambiente riguroso en la ciencia y agradable en lo humano. Las tareas variopintas del ecólogo moderno se ven reflejadas en el simpático logo diseñado por Kukuxumusu para este congreso.

Logo diseñado por Kukuxumusu para el congreso de la AEET.

Logo diseñado por Kukuxumusu para el congreso de la AEET.

En esta reunión de investigadores el «buscador de árboles» encontró numerosas ocasiones para aprender sobre la biología de los árboles y sus interacciones con los demás organismos en los ecosistemas forestales.

Uno de los simposios estuvo dedicado a la ecología de los «quercus» (árboles del género Quercus): encinas, robles, alcornoques y quejigos. La ponencia de Walter Koenig (Universidad de Cornell, EEUU) nos ilustró sobre el fenómeno de la vecería, es decir, la variabilidad entre años y la sincronía entre árboles en la producción de semillas (bellotas), con ejemplos de los “encinos” de California. Destacó la importancia que tiene para la fauna los grandes pulsos de producción otoñal de bellotas por cientos de millones de “encinos”. Desde 1994, cada otoño, Koenig y sus ayudantes recorren California estimando la producción de bellotas en 1.000 árboles repartidos en 19 sitios. La importancia relativa de los factores ambientales (clima y recursos) frente a las presiones evolutivas (saciado de los depredadores de semillas) para explicar la vecería sigue siendo un tema de controversia en ecología.

Dentro del mismo simposio, Mario Díaz (Museo de Ciencias Naturales, CSIC) dedicó su ponencia al sistema «dehesa», formado por árboles dispersos (encinas y alcornoques) en una matriz de pastizal. El manejo agro-silvo-pastoral ha transformado el bosque original en este tipo de paisaje sabanoide que ocupa más de tres millones de hectáreas en el centro, oeste y sur de Iberia. Gracias a la producción de bellotas en las dehesas se genera carne de calidad (derivados del cerdo ibérico). Sin embargo, este sistema productivo y rico en biodiversidad no es sostenible a largo plazo por la falta de regeneración del arbolado. Se podría favorecer la regeneración de las encinas, mantener la biodiversidad y seguir alimentando al ganado mediante un manejo a escala de paisaje, con manchas excluidas del pastoreo temporalmente.

El simposio sobre la ecología de los “quercus” tuvo además 16 comunicaciones orales y 7 en forma de carteles que trataron diversos aspectos: factores que influyen sobre la regeneración, papel de los dispersores y los depredadores de semillas, ecofisiología de la tolerancia al frío y la sequía, función de las micorrizas, y procesos asociados al decaimiento y mortalidad. La calidad de las investigaciones españolas relacionadas con los «quercus» se refleja en la posición de España como segunda potencia científica (después de EEUU) en la publicación de artículos en revistas indexadas (12% del total mundial) que tratan sobre estos árboles. Hay que tener en cuenta que el género Quercus tiene más de 400 especies que se distribuyen por todo el Hemisferio Norte, con centros de diversidad en México y en China, para apreciar la valiosa contribución de la ciencia española en este tema.

Además del simposio sobre “quercus”, en el Congreso tuvimos otras 9 sesiones paralelas (con un total de 185 comunicaciones orales y 75 carteles) que no se pueden resumir en esta breve entrada. Los árboles fueron el objeto central de estudio del simposio dedicado a la Dendrocronología, la ciencia que escruta los anillos de crecimiento de los troncos para reconstruir el pasado. En el simposio sobre Ecología tropical asistimos maravillados a los estudios de bosques megadiversos donde más de 200 especies diferentes de árboles coexisten en una superficie de 1 hectárea. Pedro Jordano (Estación Biológica de Doñana, CSIC) llamó la atención sobre la importancia de las interacciones ecológicas en los bosques tropicales complejos; por ejemplo, la caza excesiva puede llevar a la “defaunación” de la selva y a una pérdida de servicios ecosistémicos al faltar elementos claves para la polinización y la dispersión de semillas. En conjunto, el Congreso ha servido para afianzar el buen nivel alcanzado por la Ecología en España (ocupa el puesto 8º en la producción científica sobre Ecología y Medio Ambiente, mientras que comparativamente está el 13º en Producto Interior Bruto). Una posición alcanzada por un proceso lento y costoso que puede venirse abajo si no cuenta con el apoyo debido de la Administración y la Sociedad en estos tiempos de crisis económica y de valores.

Cuidemos de los árboles viejos

La sesión «Conservación y gestión de árboles viejos y bosques maduros» formó parte de las actividades abiertas al público dentro del Congreso. Se presentaron dos iniciativas que persiguen la valoración y conservación de los árboles que tienen una edad avanzada. Suponen un nuevo modo de contemplar esos árboles viejos que tradicionalmente se han considerado focos de enfermedades y han sido eliminados por los gestores forestales productivistas.

Visitando un haya trasmocha en Arrazola, Irati.

Visitando un haya trasmocha en Arrazola, Irati.

El proyecto europeo EnArbolar: Grandes árboles para la Vida es una iniciativa conjunta de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y la Diputación de Valencia que persigue la conservación de los árboles viejos y los bosques maduros en la red Natura 2000 y la Red de Espacios Protegidos de España. Para Bernabé Moya (Diputación de Valencia) «un árbol singular es aquel árbol que cuando desaparece lo echamos de menos». Son elementos claves del paisaje agroforestal y del urbano, por su papel como reductos de biodiversidad, testigos del cambio climático, dinamizadores sostenibles de las economías rurales y herramientas de educación medioambiental. Sin embargo, se estima que más del 80% de los árboles singulares de España han desaparecido en el último siglo. Para este proyecto es fundamental contar con la participación ciudadana en el cuidado de los árboles viejos que forman parte de la identidad cultural y paisajística de los pueblos.

Oscar Schwendtner (Amigos de los Árboles Viejos de Navarra) resaltó la importancia de los árboles viejos como micro-ecosistemas que albergan una diversidad de organismos (hongos, insectos saproxílicos, pequeños carnívoros y murciélagos). En muchos sitios de Navarra persisten bosques viejos «culturales», montes huecos que fueron conformados por una gestión tradicional que consistía en el descabezado de los árboles a 2-3m de altura, el trasmocho (poda) cada 10-20 años para leña y carbón, y el pastoreo. Puso como ejemplo las hayas (Fagus sylvatica) trasmochas, centenarias que llevan más de 50 años sin ser podadas; tienen un crecimiento desproporcionado de las ramas en forma de candelabro, y el gran peso de la copa, en especial cuando se acumula nieve, las termina tumbando y descalzando. Con ayudas europeas y del Gobierno de Navarra se están realizando retrasmochos experimentales para conservar algunos de estos árboles centenarios.

Primavera en la Selva de Irati

El broche del Congreso fue la visita a la Selva de Irati, cerca de la frontera con Francia. En este bosque frondoso de más de 17.000 hectáreas las hayas habían despertado del letargo invernal y ofrecían un magnífico espectáculo con sus nuevas hojas, de un verde traslúcido, que captaban con avidez el dióxido de carbono estimuladas por la energía del sol.

Los guías Koldo y Puy (Itarinatura) nos informaron de forma amena sobre la historia, la geología, la fauna y la flora, y también sobre la gestión y las costumbres de los habitantes del bosque. Después de atravesar una zona de prados alpinos nos adentramos en el hayedo de la Reserva de Mendilatz, el territorio del mítico «Basajaun» o señor del bosque. Era impresionante contemplar las hayas de troncos rectos que se elevaban hasta los 30m de altura; alguien estimó que podían tener entre 100-150 años.

Hayedo de Irati.

Hayedo de Irati.

Entre las rocas cubiertas de musgo se extendía un tapiz de herbáceas con hojas lanceoladas y racimos de flores violetas (Scilla lilio-hyacinthus). Estas bulbosas del sotobosque aprovechan el breve periodo primaveral en que las hayas están desnudas y pueden captar luz suficiente para completar su ciclo, antes de que el denso follaje las envuelvan en la penumbra. También vimos en el sotobosque rodales de boj (Buxus sempervirens), cuya madera es muy apreciada para ebanistería y para la fabricación de cucharas. Comentaba Puy que cada tipo de árbol tenía un significado diferente para los habitantes del bosque: con el abedul (Betula alba), árbol típico de las etapas pioneras del bosque, se fabricaban las cunas mientras que la madera del tejo milenario (Taxus baccata) era la más adecuada para el ataúd.

Terminamos la visita en Arrazola admirando unas viejas hayas trasmochas. Sus enormes troncos masivos pero de poca altura parecían esculturas vivientes. Habían sido retrasmochadas (podadas) para evitar su colapso, como parte de un programa de la Junta del Valle de Aezkoa con ayudas del Gobierno de Navarra. Su aspecto contrastaba con las hayas de tronco recto, esbelto que habíamos visto en el bosque de la Reserva.

Final de una semana de Ecología y Árboles en las verdes y frondosas tierras de Navarra.

Escrito por Teo, jueves 16 mayo 2013.

Congreso de la AEET 2013 en Pamplona

Seguimiento de la producción de bellotas en California

Proyecto EnArbolar: Grandes árboles para la Vida

Amigos de los Árboles Viejos de Navarra

Recorridos naturalísticos Itarinatura

Semillas de Esperanza

“Cuando plantamos árboles, sembramos semillas para la paz y la esperanza”.

Emocionantes palabras de Wangari Maathai, una mujer que como un árbol fecundo dispersó semillas de esperanza en los corazones de muchísimas personas y en el alma del planeta Tierra.

La activista y bióloga keniata inició en 1977 el Movimiento Cinturón Verde, gracias al cual se han plantado millones de árboles en Kenia y otros países africanos y del mundo. El Movimiento nació con el afán de plantar árboles para la mejora de las condiciones de vida de la población y se basó en el protagonismo de las mujeres. Su éxito ha inspirado iniciativas en otros países y el Programa de Naciones Unidas Campaña Mil Millones de Árboles, del que es patrona.

 

Ilustración de Sonia Lynn Sadler para el libro “Semillas de Cambio” sobre Wangari Maathai, Editorial Lee & Low.

Ilustración de Sonia Lynn Sadler para el libro “Semillas de Cambio” sobre Wangari Maathai, Editorial Lee & Low.

En 2004 recibió el Premio Nobel de la Paz por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia, los derechos de las mujeres y la paz.

Wangari Maathai nació el 1 de abril de 1940 en Kenia y murió el 25 de septiembre de 2011 en Nairobi, a la edad de 71 años. Tras su muerte, la Unión Africana estableció el 3 de marzo como el Día de Wangari Maathai, la misma fecha en la que se celebra también el Día del Medio Ambiente Africano.

Las semillas de su legado siguen dispersándose y germinando a lo ancho del globo. En España, el pasado 7 de marzo, la Fundación Mujeres por África y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) celebraron el acto “71 años, 71 árboles. Homenaje a Wangari Maathai”. La conmemoración consistió en la plantación de 71 árboles, uno por cada año de su vida, y la inauguración del paseo que lleva su nombre, todo ello en el jardín Botánico de la UCM. Plantar árboles el Día Internacional de la Mujer es uno de los mejores modos de honrar su memoria.

3 de marzo, 8 de marzo, 1 de abril, cualquier fecha es ideal para plantar un árbol y recordar a una mujer que dedicó su vida a que el mundo fuese un lugar mejor, más pacífico, justo, saludable y arbolado.

Escrito por Rosa, 25 de abril de 2013

Movimiento Cinturón Verde
Campaña Mil Millones de Árboles
71 años, 71 árboles. Homenaje a Wangari Maathai

¡Feliz Día de los Bosques!

El 21 de marzo 2013 comienza una nueva tradición: la celebración del Día Internacional de los Bosques. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha elegido esta fecha anual para celebrar y sensibilizar sobre «la importancia de todos los tipos de bosques y de los árboles fuera de los bosques». Es interesante observar que también se incluye de forma explícita en esta declaración la importancia de los árboles que se encuentran aislados o en grupo fuera de los bosques.

FAO_poster

¿Por qué dedicar un día a los bosques del mundo? ¿Por qué son importantes? En el último informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre El estado de los bosques del mundo se argumenta que «los bosques y su uso ocupan un lugar central en toda discusión seria sobre el futuro sostenible del planeta Tierra».

La historia de la humanidad es la historia del uso de los bosques y de sus múltiples productos para mejorar la calidad de la vida humana, pero también es la historia de la deforestación. Se estima que hace unos 10.000 años , después de la última glaciación, había unos 6.000 millones de hectáreas de bosque, ocupando un 45% de la superficie terrestre. Durante los últimos 5.000 años, el nacimiento y la expansión de la civilización ha supuesto la pérdida de unas 1.800 millones de hectáreas de bosque, a razón de unas 360.000 ha por año. En la última década,  el crecimiento demográfico y la mayor demanda de alimento, fibra y combustible han acelerado la tasa de deforestación hasta los 5,2 millones de hectáreas por año (una extensión mayor que la comunidad de Aragón). Curiosamente, tanto el crecimiento de la población como la tasa de deforestación aumentan casi en paralelo durante los períodos de desarrollo económico, mientras que se vuelven estables o disminuyen cuando la sociedad alcanza un cierto nivel de riqueza.

La mayor parte de la deforestación actual está teniendo lugar en los bosques tropicales. En la última evaluación de los recursos forestales mundiales realizada por la FAO se estimó una tasa de deforestación neta anual del 0,14% para el período 2005-2010. Pero hay grandes diferencias entre países. En 9 países la deforestación es severa, superando el 2% de pérdida neta de bosques. En el otro extremo, unos 80 países han experimentado un mantenimiento o aumento de su superficie forestal durante los últimos 5 años, incluyendo los grandes países forestales como Rusia, EEUU, China e India, así como la mayor parte de los países de Europa.

Existen dos causas principales de la deforestación y degradación de los bosques. Primera, la tendencia de muchas sociedades a obtener beneficios a corto plazo y no pensar en las generaciones futuras; los árboles tardan en crecer y son una inversión a largo plazo. Segunda, que para las decisiones de gestión solo se valoran los productos forestales que se pueden comercializar en el mercado, sin valorar los costes negativos de la deforestación, ni los beneficios múltiples que proporcionan los bosques.

Para 350 millones de personas, incluidos 60 millones de indígenas, los bosques lo significan todo, representan la base de su subsistencia y supervivencia. Otros 1.000 millones de personas tienen una dependencia directa de los bosques y los árboles para sus necesidades cotidianas. Y más de 2.000 millones de personas utilizan la energía del bosque (leña, carbón vegetal) para cocinar y calentar sus casas. Son beneficios directos que las poblaciones rurales obtienen de los ecosistemas forestales, se denominan servicios ecosistémicos de abastecimiento.

Pero la totalidad de los más de 7.000 millones de habitantes del planeta nos beneficiamos indirectamente de los bosques, aunque muchos vivamos en ciudades y no seamos conscientes de ello. Las 4.000 millones de hectáreas de bosques del mundo son maquinarias fabulosas de fijar carbono mediante la fotosíntesis, retirando gran parte del CO2 que emitimos a la atmósfera por la actividad industrial y que está produciendo un calentamiento global acelerado. Esta función de mitigación del cambio climático, junto con la regulación de la calidad del aire y del agua, y la protección y formación de suelos constituyen los servicios ecosistémicos de regulación.

mapa FAO 2010

Mapa de los bosques del mundo, FAO (2010).

El bosque tiene un valor cultural ancestral que cada vez se valora más como parte del bienestar humano. El reconocimiento de los servicios ecosistémicos culturales del bosque, como el disfrute estético y paisajístico, las actividades recreativas, la identidad cultural y sentido de pertenencia, el conocimiento ecológico local y los valores espirituales, es una de las aportaciones novedosas y originales de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio.

La gestión sostenible del bosque debe tener en cuenta la globalidad de los servicios ecosistémicos que proporciona: de abastecimiento, de regulación y culturales; todos son necesarios para el bienestar humano. El pago a los propietarios de tierras forestales por mantener la salud de los bosques y por proporcionar los servicios ecosistémicos, como la retención del carbono, el suministro de agua de calidad en las cuencas de los embalses, o el mantenimiento de la biodiversidad son nuevas herramientas de política forestal que se están aplicando en algunos países.

Los técnicos de la FAO proponen cuatro estrategias para un futuro sostenible de los bosques del mundo. Primera, mejorar la calidad y cantidad de los bosques plantando árboles e invirtiendo en servicios ecosistémicos. Las plantaciones deben ser adecuadas, preferentemente con especies nativas, deben tener en cuenta las culturas locales y sobre todo deben cuidarse y manejarse para garantizar su éxito a largo plazo. Pueden plantarse árboles en tierras agrícolas, en sistemas agroforestales, en pastizales, en los parques de las ciudades; en todos los casos son inversiones en nuevas reservas de carbono con independencia de su ubicación.

Segunda, promover las pequeñas y medianas empresas basadas en los bosques para reducir la pobreza rural y mejorar la equidad. Es clave favorecer el acceso de las mujeres a la tierra, la educación, la tecnología y los créditos para aumentar la economía rural y el bienestar social.

Tercera, aumentar el valor a largo plazo de los productos de la madera mediante su reutilización y reciclaje. Cuando se recicla el papel o se reutilizan las maderas de muebles viejos o materiales de construcción se alarga su función como almacenamiento de carbono. Favorecer el uso de la madera con fines energéticos siempre que provenga de bosques gestionados de una forma sostenible y se adopten tecnologías eficientes y limpias para transformar la biomasa en calor y electricidad.

Cuarta, mejorar la comunicación y la coordinación entre los diversos sectores y países. Mejorar la coordinación de la cooperación internacional con las poblaciones locales. Facilitar el acceso al crédito en las zonas rurales. Gestionar de forma integrada los bosques, el agua y la energía. Fomentar la educación tecnológica y la investigación forestal.

Piensa globalmente y actúa localmente. ¿Cómo puedes celebrar el Día de los Bosques? Planta un árbol o colabora con alguna organización que lo plante. Pasea por una arboleda o por un parque y observa a esos magníficos seres vivos. Escribe y lee sobre árboles y bosques. Toca algo de madera, a ser posible que tenga certificado de gestión sostenible. Recicla papel y cartón. Busca árboles invisibles en la naturaleza y en la cultura.

Escrito por Teo, jueves 21 marzo 2013

Página de las Naciones Unidas anunciando el Día Internacional de los Bosques

Informe de la FAO sobre El estado de los bosques del mundo

Evaluación de servicios ecosistémicos en Andalucía